jueves, 13 de septiembre de 2007

Q.E.P.D.


La complicación que surge después de terminar una relación prolongada es agotadora.
Hablo específicamente de cuando una relación se termina por factores externos, ajenos a la falta de amor, o a la incomprensión mutua, mas bien cuando se termina por la distancia, por la no tenencia del ser amado al lado de uno.

Dada mi situación creo que puedo escribir 10 mil artículos sobre este tema, ya que he viajado mucho últimamente pensando en que el viaje seria para siempre y he tenido que apartar de mi muchos sentimientos solo para velar por mi futuro.
Esto me lleva a cuestionar si ¿en realidad estoy destinada a ser feliz al lado de alguien?.
Cualquiera me dirá que si, pues total tengo mucho por vivir, y aun no he encontrado dónde, con quién, y cómo establecerme.

Luego de una relación en la cual me he divertido demasiado, en donde me he sentido 100% comprendida en todo sentido, donde he podido ser yo, donde realmente sentí el amor a flor de piel y donde cada gesto era un te quiero o un te amo escondido en el vaivén de los músculos, tuvo que terminar como una telenovela mexicana, entiéndase besos, lagrimas, y largos abrazos con palabras dulces al oído, seguidos de inagotables llantos con infaltables dudas y dolor, obviamente dolor pero dolor en el alma.

En fin pasan los meses y comencé a hacerme la idea de que definitivamente esa relación ya no iba a tener ni pies ni cabeza, aun sabiendo que relación era un término impuesto por mi, ya que dicho título era entre comillas pues ya no estábamos.
De hecho que me sentí súper mal, que se me caía el mundo y un etcétera de cosas que para que las cuento.
Y es ahí cuando dices no puedo hacer nada en un tono algo derrotista, y decides o en este caso decidí que olvidaría como sea lo que tuve con esta persona (cosa imposible, porque de hecho jamás lo olvidaré) pero en palabras entendibles fue eso lo que decidí hacer.

Me estaba recuperando de aquella pérdida emocional, pasando el luto a nombre de la muerte de mi relación cuando recordé que lo que había muerto no era la persona sino la relación, y había olvidado decirle que para mi eso era lo que estaba pasando.
Conversé con el pues fue lo que debía hacer, pero fue para sentirme peor.
Realmente uno nunca está totalmente preparado para hablar sobre una muerte que te dolió tanto y fue hace poco, y en mi caso pues no estaba NADA preparada.
Es como cuando fallece un familiar muy cercano a ti, una persona a la cual querías demasiado, pasan unos meses y aun no puedes hablar de el como si ya no existiera, porque para ti o para tu subconsciente aun sigue existiendo en tu memoria, y es difícil conjugar el verbo ser diciendo "era" en vez de "es"
Igual pasa con las relaciones que acaban de "morir",no sabes ni como hablar de ella, ni sabes como hablar con la otra persona porque son los dos que han perdido algo, los son los que se quedaron sin eso que era tan importante y valioso tanto para el uno como para el otro.

Pero es cuestión de aprender a sobrellevarlo ¿no?. Respondiendo la pregunta que me hice mas arriba, yo creo que cuando sepa bien que quiero para mi vida, y en mi vida podré ser feliz al lado de alguien como también lo podré ser sin nadie, primero tengo que aprender a ser feliz conmigo misma, sola, y luego arreglaré mis expectativas, bajaré mis requerimientos, porque después de la relación que tuve, dudo mucho que alguien pueda siquiera alcanzar los estándares a los que me acostumbré.
Se que las personas no son iguales, pero cuanto daría para que aunque sea se parecieran.